OTOLOGÍA

   

OTOLOGÍA

La otología es la subespecialidad de la otorrinolaringología que estudia y trata las enfermedades del oído, las cuales causan pérdida de audición, hipersensibilidad a sonidos ambientales “normales”, infecciones, etc.

En ISO prevenimos, diagnosticamos y ofrecemos los mejores tratamientos para todas las patologías otológicas. Las más comunes son:

La Otoesclerosis, también denominada Otoespongiosis es la afección que produce el mayor número de pérdidas de audición en los individuos de la raza blanca.

Tiene mayor incidencia clínica entre los 20 y 50 años de edad siendo dos veces más frecuente en las mujeres que en los hombres. En aproximadamente el 50% de los pacientes con manifestaciones clínicas existen antecedentes familiares positivos.

Los síntomas fundamentales son pérdida de audición (hipoacusia) y zumbidos (acúfenos o tinnitus).

La hipoacusia es más frecuentemente bilateral (90% de los casos).Se instala lentamente y puede manifestarse por brotes; así puede estar estacionaria durante años y luego empeorar súbitamente en algunos meses.

El zumbido será de tonalidad grave como el viento o como un soplo o agudo como un timbre; puede comenzar simultáneamente a la pérdida de audición o a veces la precede.

TRATAMIENTO

Las tres formas clínicas de otoesclerosis pueden mejorar la audición con el uso de audífonos, los que serán probados y evaluados en cuanto a su rendimiento.

La pérdida de audición seguirá progresando en la mayoría de los casos hasta un nivel en los cuales los audífonos rindan muy poco o nada.

Las formas clínicas conductivas (fijación del estribo) y mixtas (fijación del estribo y alteración parcial de la cóclea) tienen posibilidad de recuperar la audición hasta el nivel de rendimiento de la cóclea mediante la microcirugía del estribo.

Esta simple cirugía se acompaña de un postoperatorio tranquilo e indoloro.
En la otoesclerosis avanzada, cuando la pérdida de audición es máxima en ambos oídos, el paciente puede ser evaluado para un implante coclear.

El oído supurante tiene 20 veces más posibilidades de sufrir una temida complicación.

Generalmente la supuración crónica está asociada a mastoiditis crónica con colesteatoma. Este es un seudotumor constituido por superposición de capas epidérmicas, benigno en su histología pero maligno por su agresividad y poder de destrucción de las estructuras con que contacta. Puede convertirse en un reservorio de bacterias altamente resistente a los antibióticos y por lo tanto producir una supuración muy difícil de ser curada.

La infección crónica a partir del colesteatoma produce un tejido de granulación en la estructura mastoidea que tiene tanto o más poder de destrucción ósea que el mismo colesteatoma. Las complicaciones de la supuración crónica y del colesteatoma generalmente se producen en forma súbita, pueden ser mastoiditis, invasión del oído interno con pérdida de la audición y laberintitis con un cuadro vertiginoso, parálisis del nervio facial y complicaciones endocraneanas como la meningitis, los abscesos endocraneanos y la tromboflebitis venosa.

TRATAMIENTO

El único tratamiento curativo del colesteatoma es la cirugía, que debe realizarse en la gran mayoría de los mismos salvo casos excepcionales de pacientes mayores con colesteatomas sin supuración y sin indicios de desarrollo, particularmente cuando se trata del único oído funcionante. En los niños es de rápido crecimiento y agresividad; por tal motivo se dice que “en los niños colesteatoma diagnosticado, colesteatoma que debe ser intervenido quirúrgicamente”.

La complicación más común de la supuración crónica es la hipoacusia y producida fundamentalmente por la perforación de la membrana del tímpano por la destrucción de los componentes de la cadena osicular.

Existen tres técnicas quirúrgicas con diferentes objetivos: la Mastoidectomía (el abordaje quirúrgico de la mastoides), la Timpanoplastía (la reconstrucción de la cadena de huecesillos) y la Miringoplastía (la reparación de la membrana del tímpano).

Son ruidos producidos por el oído interno que los pacientes refieren como pitidos, zumbidos, chasquidos, palpitaciones y otros muchos.

En muchas ocasiones está asociada a hipoacusia o síntomas vertiginosos como demostración de daño coclear o vestibular. En algunas ocasiones pueden tener origen en estructuras vasculares, patología auditiva o tubárica, de oído medio o interno, pero también pueden ser reflejo de patología cerebral, endocrinológica, circulatoria, psiquiátrica u otras.

Es por lo que su abordaje diagnóstico es muy complejo y su tratamiento igualmente. Este puede variar desde tratamientos causales, tratamientos farmacológicos, prótesis auditivas, terapia con enmascaradores de ruido, terapia musical, y técnicas de habituación y reentrenamiento.

La audición es el primer sentido en ser afectado por la edad. Cuando los oídos envejecen, se conoce con el nombre de presbiacusia. Lo sufren el 80% de las personas mayores de 65 años.Sucede en forma lenta pero progresiva. La pérdida de audición producida por el envejecimiento se inicia a partir de los 40 años pero generalmente no presenta signos clínicos hasta los 60. La presbiacusia es un trastorno de la capacidad auditiva neurosensorial y se caracteriza porque el paciente puede oír pero tiene dificultades para entender.

Dado que se trata de una pérdida de audición permanente, los tratamientos se enfocan en el uso de audífonos. La consulta con el especialista determinará cuál es el más aconsejable. Actualmente, los avances tecnológicos ofrecen dispositivos pequeños, digitales y automáticos.

Es una afección muy común, se considera que en el país puede haber entre 4000 y 8000 casos nuevos por año. Los síntomas característicos son episodios de vértigo, pérdida auditiva con fluctuación, zumbidos de oído que aumentan previos a la crisis vertiginosa y sensación de oído lleno u ocupado; los vértigos pueden durar segundos, minutos u horas y se acompañan de síntomas denominados neurovegetativos como ser nauseas, vómitos, palidez y sudoración.

La intensidad del vértigo varía notablemente pudiendo ser moderado en algunos casos, con más inestabilidad y mareos que vértigo y otros casos puede ser tan intenso que el paciente cae por la sensación de giro.

La fisiopatogénia o causa de la aparición de las crisis es el aumento de la presión de los líquidos del oído interno, “líquido endococlear”; éstos líquidos tienen un equilibrio de producción y de reabsorción. Suelen aparecer causas generalmente vinculadas con el estado psíquico y psicosomático del paciente que modifica la ecuación de producción y reabsorción haciendo que haya una mayor cantidad de líquido por lo tanto con una presión aumentada.

TRATAMIENTO

Se ha cambiado la historia de la enfermedad de Meniere con los tratamientos actuales; la intervención temprana con medicación aplicada a través del tímpano para que actúe directamente en el oído interno modificó la discapacitante historia natural de la enfermedad.

Aproximadamente el 90 % de casos de la enfermedad de Meniere puede remitir sus síntomas con tratamiento médico; éste se basa en modificar hábitos de alimentación y de trabajo así como también en un soporte psicológico. El paciente debe iniciar el tratamiento haciendo dieta hiposódica, evitando los alimentos pre salados y en algunos casos administrándole un diurético que baja la presión de los líquidos del oído. También se lo medica con ansiolíticos o antidepresivos y con Betahistina.

Cuando el tratamiento médico fracasa hay que pensar en una resolución quirúrgica de los vértigos. La cirugía realmente eficaz para la eliminación del vértigo que se utiliza cuando la descompresión del saco endolinfático fracasa es la neurectomía selectiva de la rama vestibular del nervio acústico.

El Neurinoma del Acústico es un tumor que se forma en las células de revestimiento de la rama vestibular del nervio auditivo, generalmente en el interior en la parte más profunda del conducto auditivo interno.

Su composición histológica es benigna pero es agresivo en cuanto a su crecimiento hacia el endocraneo con el desplazamiento y compresión de las estructuras neurales.

Los síntomas no son muy característicos, generalmente comienzan con un zumbido o acúfeno o tinnitus en el lado donde se está generando el tumor que se acompaña de una pérdida progresiva de la audición preferentemente en las frecuencias agudas. El equilibrio también se va perdiendo progresivamente en forma muy lenta que permite que el organismo vaya compensando la menor función del órgano del lado del tumor.

El diagnóstico temprano es fundamental por tratarse de un tumor benigno cuya extirpación quirúrgica puede dejar al paciente sin secuela alguna. En casos precisos de tumores pequeños se puede preservar la audición, especialmente cuando hay buena audición preoperatoria.

TRATAMIENTO

El apropiado manejo del paciente se ha vuelto controversial ante el avance de dos nuevas modalidades alternativas a la cirugía, como son el monitoreo del crecimiento mediante resonancia magnética y la radiocirugía o Gamma Knife. Si bien se puede monitorear con resonancia magnética es altamente probable que deban operarse por su tendencia a crecer y ser ese tamaño de mejor pronóstico para la preservación del nervio facial y la audición. La radiocirugía o Gamma Knife es una técnica desarrollada hace décadas pero que ha mejorado sus resultados con nuevos avances tecnológicos y con la reducción de la dosis de radicación sobre el tumor. En una sesión se aplica toda la dosis.

La neurofibromatosis tipo 1 (NF1) y tipo 2 (NF2) son enfermedades genéticas autosómicas dominantes sin predominancia por género o raza. Ambas son enfermedades neurocutáneas diferentes con algunas características en común.
En NF1 y NF2 hay una propensión a desarrollar tumores neurogénicos. Pueden ser divididos en tres subtipos: neurofibromas, tumores neurogénicos periféricos malignos y schwanomas. Los dos primeros son característicos del NF1, mientras los schwanomas son del NF2.

La sintomatología incluye hipoacusia, al inicio unilateral progresiva o hipoacusia súbita. Con el tiempo lleva a hipoacusia neurosensorial bilateral profunda. Esto ocurre ya que el tumor engloba a los nervios codear y facial, produciendo desplazamiento y compresión de los mismos. Otras manifestaciones son oftalmológicas, parálisis facial, alteración cognitivas, convulsiones y macrocefalía.

Se debe realizar un enfoque multidisciplinario que incluye genetistas, neurólogos, neurocirujanos, radiólogos, oftalmólogos, traumatólogos, dermatólogos, cirujanos plásticos, neuropsicólogos, oncólogos. El seguimiento de los pacientes debe hacerse desde el nacimiento, con audiometrías anuales desde los 12 años y RMN con gadolinio desde los 16 años.

TRATAMIENTO

La elección del mejor tratamiento para cada caso en particular, dependerá de diversas características del paciente y del tumor que presente.

Los factores más importantes para preservar la audición son el tamaño del tumor, no mayor de 15 mm y la buena audición preoperatoria. Mediante el abordaje retrosigmoideo en pacientes con buena audición preoperatoria, el 75% de los operados conservan la audición.

Si el paciente aun conservando el nervio auditivo pierde la audición puede realizarse un implante coclear en el postoperatorio (30 a 60 días).

Si el nervio auditivo no puede ser preservado durante la cirugía, se debe colocar en el mismo momento un implante auditivo de tronco cerebral.

En el compartimiento vascular del foramen yugular (FY) el tumor más frecuente es el tumor glómico yugular y en el compartimiento neural, el tumor más común es el neurinoma dentro de la estirpe benigna y el neurosarcoma dentro de los malignos.

Dentro de la sintomatología es el acúfeno pulsátil que se presenta en más del 90 % de los casos, es un zumbido que se describe como sincrónico con el pulso; el segundo en frecuencia, es una disminución de la audición, una hipoacusia conductiva; el tercer síntoma son las hipoacusias perceptivas con o sin vértigo. La parálisis facial se encuentra en la primera visita de pacientes con tumores glómicos de foramen yugular en un 7% de los casos.

En los últimos 15 años se han producido importantes avances en la ciencia médica que han conducido a mejorar el diagnóstico temprano, el pronóstico en el tratamiento de estos tumores y a reducir la morbi-mortalidad en los casos quirúrgicos. El diagnóstico por imágenes con la tomografía computada y la resonancia magnética es un tremendo aporte porque permite delinear con precisión la extensión del tumor y el involucramiento de estructuras nobles muy importantes como son la arteria carótida interna o la penetración a través de la dura madre en el endocráneo.

TRATAMIENTO

Con respecto a la conducta terapéutica, en algunos casos se puede asumir una conducta expectante, especialmente en tumores de pacientes de más de 70 años con una localización totalmente extracraneana y aquellos con síntomas de tumor de larga data sin un crecimiento hacia el endocráneo.

Con respecto a la embolización, esta puede ser transitoria o permanente. La embolización transitoria se realiza en el pre-operatorio pocas horas antes de la cirugía para reducir el caudal sanguíneo de las arterias que van a nutrir al tumor. La embolización permanente se utiliza en algunos casos en que se opta por no operar, como un tratamiento paliativo.

Por último la radioterapia puede ser el único tratamiento que se indique en ciertos tumores en los que por su extensión al endocráneo se han convertido en inoperables.